Tener mascotas es apasionante, también conlleva una gran responsabilidad.
Saber que esos animalitos, maravillosos, son seres sensibles y autónomos.
Lo cual no implica dejarlos hacer lo que quieran, pero sí tener en cuenta que pueden hacer, no pocas veces, aquello que pude afectarnos materialmente (romper zapatillas, cinturones, despanzurrar almohadones, entre otras cosas) pero también pueden intoxicarse o hacer cosas que los pongan en peligro, sin ellos saberlo o percibirlo, especialmente cuando son cachorros.
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