Al igual que en los humanos, nuestras mascotas pueden sufrir de alergias.
El sistema inmunológico de nuestras mascotas se parece en mucho al nuestro, es el encargado de protegerlas frente a los elementos externos que puedan perjudicarlas. Es capaz de detectar y eliminar muchos microorganismos, e incluso luego, protegiéndolas de nuevas infecciones. Pero como en los humanos–, a veces provocan una respuesta de ataque exagerado contra determinados alergénicos, sustancias que no suelen ser perjudiciales y que al entrar en contacto a través de la piel, o el tracto respiratorio o gastrointestinal generan cuadros alérgicos.
En definitiva, aunque no le veas sonándose la nariz o enjugando lágrimas, en primavera, tu animal también puede estar sufriendo alguna alergia.
Independientemente de lo que desencadene una reacción alérgica o de hipersensibilidad en nuestra mascota, el sistema inmune se comporta de manera similar, dando lugar a manifestaciones parecidas. Los síntomas más frecuentes son el enrojecimiento de la piel, acumulación de líquido y el prurito a consecuencia de la liberación de sustancias y otros mediadores de la inflamación por todo el cuerpo del animal.
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